Sí, sí y sí a las postbodas... ¿Por qué? Pues muy sencillo, porque tenemos todo el tiempo del mundo para sacar fotos maravillosas, en escenarios que nos da igual que estén lejos del convite y sin las pequeñas preocupaciones que podemos tener el día de la boda ni cumplir horarios ni protocolos.
En estas sesiones no hay límites, podéis elegir el sitio que más os apetezca y que significa algo especial para vosotros: el lugar de la pedida de mano, la ciudad en la que empezasteis vuestra vida en común o la playa a la que os gusta escaparos... hay un sinfín de posibilidades para ese día único en el que os volvéis a vestir de novios.
Una sesión más desenfadada que la del día de la boda, ya que no tenéis la preocupación de llegar perfectos al cócktel, no hace falta peinarse igual, ni son obligados los tacones y la corbata. El objetivo es disfrutar y que la cámara capte esas imágenes tan naturales y bonitas.
¿A qué esperáis para contratar la vuestra? ¡Animaros y tendréis un recuerdo único e irrepetible!